Ogasawara Hiroki solía ser un hombre ordinario, pero su vida ha tomado un giro decididamente extraordinario. Sin saberlo, descubrió un secreto bien guardado que puso su monótona existencia de cabeza: varias de las celebridades femeninas más famosas de Japón son súcubos.
Después de escapar por poco de una vida de encarcelamiento en el reino de los súcubos, Hiroki está listo para relajarse. Ayu lo invita a su casa privada en la playa de Okinawa, y Hiroki acepta felizmente. Las otras súcubos se unen a la escapada, y comienza una semana de diversión veraniega.
Acompaña a Hiroki mientras interrumpe peleas de almohadas feroces, enseña a Cosmos a nadar y (a regañadientes) sale a trotar con Hazel, profundizando sus lazos con su adorado harem.